viernes, agosto 25, 2006

Mi vuelta a la Península

Siempre me ha llamado la atención cómo varía la noción del tiempo según el estado de ánimo de la persona. Julio pasó relativamente rápido (entretenido con mi libro de Inteligencia Artificial), pero con Agosto ocurrió exactamente lo contrario. Los días se me hacían largos, pesados e interminables.

Sin embargo, el tiempo ha seguido su curso, y mañana será el día de mi vuelta. He estado casi dos meses en Andratx, nunca había estado tanto tiempo fuera de casa. Y la verdad es que ha sido toda una experiencia, he tenido largo tiempo para pensar y ver mi vida con una mayor perspectiva que la que tenía cuando llegué.

Es increíble cómo puedes llegar a echar de menos cosas que antes te parecían insignificantes. Cosas que pensabas que jamás extrañarías, te enterneces al pensar que algún día volverás a hacerlas. Después de todo, parece que la rutina no tiene tantas cosas malas como se suele decir...

Hace unas semanas tuve unos días bastante nostálgicos. Empecé a buscar películas que me gustaban cuando era pequeño. Aunque todavía tengo que verlas (para recordar el argumento), os mencionaré algunos títulos, por si alguien quiere hacer algún comentario :-)

En primer lugar, mi querido Johny 5, de la película Cortocircuito. ¡Me encanta ese robot! Cuando eres pequeño, las películas te impresionan mucho, y el robotito se te queda grabado en la mente...

Otra película que me gustó mucho en sus tiempos, es una de Walt Disney. Es Merlín el Encantador, siempre recordaré con cariño el doblaje con actores sudamericanos, que me hacía mucha gracia. Una historia preciosa, que me trae muuuucha nostalgia...

El primer VHS que alquilamos en el videoclub fue E. T., todo un clásico del cine. La verdad es que el bicho me daba bastante miedo... Aunque al final también le cogí cariño. Como anécdota contar que, cuando terminamos de verla, dije: "¡Mañana vemos la otra cara!". Después, mi madre me explicó que los VHS sólo tienen una cara :p

Una serie mítica de películas, es (recordad que era un niño pequeño :p) la de Las Tortugas Ninja. Me encantaban esos bichitos verdes, tan alegres y juguetones. ¡Le encantaban las pizzas (recordad que eran sin anchoas)! Tortugas pegando mamporros a diestra y siniestra, ¡moOoOoOla! xD Por cierto, que me he enterado que en marzo de 2007 van a sacar otra.

Otra película que marcó mi infancia, fue La Dama y el Vagabundo. De hecho, el primero de los dos perros que tuvimos le llamábamos Damita (era una perra). A ver si vuelvo a ver la película, porque no me acuerdo de nada de nada :-)

¿Qué películas os marcaron a vosotros? :-P

miércoles, agosto 23, 2006

La otra Carolina

Aquí en Mallorca (concretamente, en Andratx), vive la otra Carolina. Es una burra que está cerca de la casa de mi tío. Curiosamente, sólo la escuchaba rebuznar por las noches, lo que me hacía dudar de si era parte de mi sueño, o si realmente había un burro cerca.

Un día que estaba paseando con el hijo de un compañero de trabajo de mi tío, y que me estaba contando cosas del pueblo, aproveché para preguntarle:

- ¿No hay un burro cerca de aquí, que rebuzna por las noches?

Según me contó, hay un vecino que tiene ovejas, y también una burra. Me quedé completamente a cuadros cuando me dijo que se llamaba Carolina :-) Sobre todo, al pensar en la cara que pondría mi compañera de clase cuando se lo contase...

Ahora, cuando escucho unos rebuznos en medio de la noche, digo:

- Ay, Carolina, Carolina...

Y sigo durmiendo. Jejejeje :-)

miércoles, agosto 16, 2006

Un buen blog

La verdad es que tiene mérito hacer un buen blog. En absoluto hablo por el mío, que no es más que un compendio de anotaciones de las cosas que se me pasan por la cabeza. Si no por otros que he podido ver.

Ser capaz de escribir y expresar mucho en unas pocas líneas es un don que no todo el mundo tiene. Quizá lo mío no sea la brevedad, ni el interés por contar cosas interesantes.

Me gusta olvidarme de todo durante un rato. Poner mis sentidos en todo lo que me rodea, y preguntarme qué es lo que siento ahora mismo. Y dejar que las palabras vuelen, junto con la imaginación.

Es bonito volver la mirada atrás, y ver cómo ha evolucionado el interior de uno... Las palabras quedarán como recuerdo imperecedero de todos esos sentimientos.

¿Se puede pedir más?