jueves, septiembre 22, 2005

El valor de las cosas

Muchas veces he pensado en ello. ¿Cómo valoráis vosotros las cosas que os suceden en vuestra vida? Por ejemplo, supongamos que estudiamos mucho para un examen. Tenemos mala suerte, y lo suspendemos.

Es posible que el aprobado dependiese de unas cuantas décimas. Sin embargo, el valor que nosotros le damos a ese resultado varía enormemente. De una alegría tremenda, a una tristeza súbita.

Aunque el ejemplo es bastante simple, se puede extrapolar en muchos ámbitos. ¿No coincidís conmigo en que eso es algo equivocado? Estamos valorándonos incorrectamente. Lo que debemos hacer es valorar el esfuerzo que nos ha permitido llegar hasta aquí.

Muchas veces, las personas nos aventuramos en quimeras sin razón alguna. Y digo yo; ¿por qué condicionar nuestra felicidad? ¿Acaso no podemos ser felices ahora mismo (yo, mientras escribo, tú mientras lees)?

Cuando me preguntan si estoy contento por mis notas de la Facultad, yo, con una sonrisa en los labios respondo: "Mi felicidad no depende de mis notas". La felicidad que yo ansío es la misma que buscáis vosotros: amor y cariño para vuestros amigos, vuestros familiares. Como personas que somos, ahí es donde tenemos la posibilidad de encontrar la felicidad absoluta.

Cosas tan sencillas como recibir a una persona con una sonrisa. Encontrártela en tu camino y preguntarle: ¿Qué tal estás? Contarle el último chiste que has escuchado. Encerrarse en un cuarto a estudiar todo el día, agobiarse con las notas... crean malhumor y estrés. ¡Y estoy seguro de que hasta es malo para la salud!

Queda dicho. No nos engañemos. Trabajemos duro y... busquemos la felicidad en las personas que comparten nuestro día a día. No persigamos quimeras inútiles y sin sentido.

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